Lorito burro

Este es un cuadro muy apropiado para zonas infantiles, comunes o de esparcimiento. La apacible y sonriente mirada del lorito, junto con los vivos colores, transmiten una gran alegría.

La imagen de este águila capturando a su presa transmite toda la fuerza vital de la naturaleza. Es un cuadro lleno de energía, frescura y movimiento. La mirada seria y misteriosa del animal cautiva al espectador.

Esta es una obra seria y elegante en la que predominan los colores fríos. Las ramas sin hojas sobre las que se posan los pajaritos y los colores del cielo nos recuerdan a un día de invierno.  Uno de ellos observa fijamente al espectador, casi como invitándolo a que forme parte de la obra.

Esta obra, divertida y luminosa, alegrará cualquier ambiente. La cálida luz central se enfría en la parte inferior y se vuelve azul, evocando la frescura de la tierra tras la lluvia.

En este cuadro vemos un juego de alegría y color surgiendo del negro. Las fantásticas formas que se funden con el pájaro nos dejan imaginar una figura humana en el cielo.

Esta obra trasmite el calor y abrigo de la Madre Naturaleza; contagia el ambiente de colores cálidos y una agradable sensación de protección.